El negro de humo actúa como refuerzo en neumáticos y otros productos de caucho. En otros materiales como plásticos, pinturas y tintas, el negro de humo se utiliza como pigmento de color o como relleno para tener conductividad eléctrica.
El negro de humo, producido por procesos industriales a gran escala, es química y físicamente distinto del hollín y del carbón, que se encuentran principalmente en los suelos y como contaminantes atmosféricos. El negro de humo es el resultado de la combustión incompleta de productos pesados de petróleo y contiene más del 97% de carbono elemental. Por el contrario, normalmente menos del 60% de la masa total de partículas de hollín o negro de carbono se compone de carbono, dependiendo de la fuente y las características de las partículas (forma, tamaño y heterogeneidad). El negro de humo reacciona más rápidamente en los procesos químicos y proporciona capacidades de disipación de calor a los compuestos de caucho.
El contenido en negro de humo puede constituir hasta el 30% del peso de un neumático y aporta a los neumáticos, así como a las tuberías de polipropileno, mayor durabilidad manteniendo las propiedades físicas y químicas. También eleva el módulo de la eslasticidad de un elastómero varios factores. Debido a su buen comportamiento electro-conductor y antiestático, se puede utilizar en, por ejemplo, en electrónica, tapas de los depósitos de un vehículo, etc.
El contenido en negro de humo de una muestra puede determinarse mediante análisis termogravimétrico (TGA).